Parece claro que la salud mental es un factor fundamental para la competitividad de las empresas. Sin un equipo en buena forma no se alcanzarán los retos que el papel sí aguanta. Creo que no hay discusión posible y, por tanto, la salud mental de la plantilla cobra una importancia altísima en los despachos de las plantas nobles. Los departamentos de RRHH están “a tope” pensando y buscando planes para mejorar el bienestar de los empleados y se multiplican los beneficios sociales relacionados con la salud mental: terapeutas, fisios, clases de relajación o cursos de mindfulness. Está bien, todo está bien, pero ¿no sería mejor que atacáramos las razones y causas que producen estas situaciones antes que concentrarnos en sanarlas, una vez afectados?

Solo en España, las bajas laborales por causas de salud mental tienen un coste superior a 17.000 millones de euros anuales, lo que representa aproximadamente el '1,4% del PIB del país y según la OMS, a escala mundial se pierden 12.000 millones de días de trabajo cada año a causa de la ansiedad y la depresión. Tema serio.

Creo sinceramente que un buen liderazgo solucionaría mucha parte del malestar de las personas ya que sabemos, porqué así se ha medido en múltiples ocasiones, que el principal motivo por el que un empleado cambiaría de empresa es el malestar con su superior.

Si una persona, en du desempeño profesional:

  • o   Tiene claro su rol, ámbito de responsabilidad y lo que se espera de él/ella
  • o   Tiene los medios para poder realizar su trabajo
  • o   Trabaja en un ambiente de trabajo positivo donde se siente tranquilo
  • o   Se sabe valorado y escuchado

Creo que difícilmente sufrirá trastornos mentales provocados por el trabajo y quien debe garantizar que se cumplan estas premisas no es ni más ni menos que su superior. Con esto quiero decir que, si mejoramos la calidad de los jefes, minimizaremos mucho las dolencias de los equipos.

Dicen que el estrés provoca el 30% de les bajas laborales y se estima un coste para las empresas de 30.000 millones. A veces sometemos a los equipos a cargas ingentes de trabajo apelando a su responsabilidad y no nos damos cuenta de que el coste de no haber reforzado la plantilla cuando es necesario será mucho mayor cuando parte de esta esté de baja.

Además, un equipo estresado frenará la creatividad y la innovación porqué para crear se necesita espacio y tiempo. Estamos condenando los equipos a sobrevivir por no aplicar prácticas de bastante sentido común.

Creo en la medicina preventiva, pero tengo muchas dudas que un curso de relajación me sirva para mucho si no me cambias el ecosistema y el individuo que me provoca el malestar.

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