¿Por qué gusta tanto el perfil arrogante?

La verdad es que no lo sé; quizás sea porque transmiten seguridad o tal vez porque parecen saberlo todo y así nos creemos que podrán aportar mucho a la organización…

¿Cómo un «head hunter» o un departamento de recursos humanos detecta la humildad en un candidato en una, dos o tres entrevistas, y más cuando la entrevista en sí es un ejercicio máximo de autopromoción? Simplemente no lo hacen, ni creo que en la mayoría de los casos lo consideren. Se sigue buscando el perfil de un directivo duro, seguro, lleno de clichés, pero no se valora realmente las verdaderas cualidades personales de los candidatos. Estoy de acuerdo en que en una entrevista quizás no sea fácil, pero entonces debemos cambiar el sistema de reclutamiento y dejar de cometer errores fatales para las organizaciones.

Las empresas han alimentado durante décadas patrones de comportamiento contrarios al líder humilde, que a menudo se ha confundido con debilidad, con falta de autoridad, cuando es exactamente lo contrario. El autoritarismo ha estado de moda durante años, y la tontería de «Mejor ser temido que adorado» la creyeron demasiados directivos mediocres y carentes de imaginación

He tenido algunos jefes humildes, aunque pocos, y sinceramente creo que cometían menos errores porque cuestionaban más, pedían más opiniones, se auto examinaban más y conocían mejor sus límites o capacidades. Sabían en qué sobresalían, pero también sabían y reconocían en qué aspectos de la gestión flaqueaban y buscaban entonces nuestra opinión y apoyo. Cuando un jefe reacciona así, lo que provoca naturalmente en su equipo es acercamiento, despierta empatía y ver que tú puedes ayudarlo en ese tema en concreto te hace sentir bien. Él gana, tú ganas, el equipo gana, y el resultado de la acción en concreto será mejor que si lo hubiera hecho solo.

La humildad es también el motor del aprendizaje, ya que admite que la falta de conocimiento y experiencia y predispone a la búsqueda de este. El líder humilde crea una organización más abierta, lo que es vital para la innovación y el crecimiento. Abre vías para la entrada de conocimiento, está más pendiente de los avances tecnológicos y se acerca antes a las fuentes del saber y la innovación.

La humildad es conocerte como líder y saber qué debes hacer y qué debes delegar para alcanzar los objetivos. Pero pasa por admitir que tú solo no llegarás allí. Por eso, la humildad es la mejor puerta al trabajo en equipo real, porque el equipo encontrará espacio para aportar y luchará conjuntamente para alcanzar la meta. Además, el líder humilde tiene facilidad para reconocer los méritos de los colaboradores, lo que estimula aún más al equipo a avanzar.

Entonces, si es tan claro que necesitamos líderes humildes, ¿por qué no los seleccionamos, contratamos y promovemos en las organizaciones, y seguimos permitiendo el camino a directivos inflados que siempre hablan primero y parecen tener todas las verdades absolutas guardadas en los bolsillos? «Iba a decir de su americana, pero no lo haré porque el código de vestimenta ha cambiado mucho y ahora no se llevan».

 

Buen finde

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