Hoy quiero hablaros de otro de los deberes fundamentales que el líder debe ejercer y es su capacidad para tomar decisiones difíciles. Espero que os interese.
Que sean capaces de tomar decisiones (difíciles).
El directivo de hoy debe ser valiente, liderar con el ejemplo y avanzar un poco más allá del mero cumplimiento normativo. Solo así posicionará a la empresa en el estadio deseado.
Por
ejemplo, si pensamos en temas de sostenibilidad, necesitamos directivos que
crean en ello y asuman la tarea de guiar a la empresa por el camino más verde.
Los grandes directivos que lideran este proceso en las empresas son valientes,
y el mercado los está reconociendo, aunque lamentablemente son pocos. Aquí, el
directivo debe ir más allá, debe contagiar a toda la organización su visión y
asegurarse de que la sostenibilidad sea una parte esencial de la estrategia de
la empresa y que se refleje en todas las grandes actuaciones. Si solo nos
movemos en el ámbito de la norma y la legalidad, no lograremos grandes avances,
al menos no los avances significativos que el planeta necesita.
Para
cambiar las empresas, debemos cambiar, o deben cambiar, las personas que las
lideran.
Las
decisiones difíciles son aquellas que pueden comprometer la viabilidad de la
empresa a largo plazo. Implican tener una estrategia bien elaborada y tener
cuantificados los impactos económicos, tecnológicos y humanos. Y casi siempre
implican cambios, y los cambios incomodan.
Un
directivo de altura, con visión, tendrá bien trabajados todos los aspectos y la
energía para llevar a cabo la tarea, así como la credibilidad para que los
equipos lo sigan.
Pero
quiero hacer hoy mención en este post sobre aquellos perfiles directivos que
evitan su responsabilidad de tomar decisiones y asumir las consecuencias y
buscan el consenso de su equipo para la toma de estas, principalmente por el
método de la corresponsabilidad. Esto, además de ser poco ético, es falso,
porque al final lo que se hará es lo que opina el jefe, pero con esta supuesta
alineación se busca que, si hay consecuencias, se puedan repartir.
Tomar
decisiones no es difícil en sí, lo difícil es asumir las consecuencias si los
resultados no son los esperados.
Es
también cierto, lamentablemente, que hay todavía muchos directivos que son
contratados para no liderar nada. Triste, pero más común de lo que se piensa.
Porque liderar no es implementar las ideas o indicaciones que te dan desde
arriba, liderar es poder tomar tus propias decisiones, dentro de tu ámbito, e
implantar tu criterio y llevar a cabo tu proyecto.
Cuántas
veces vemos y repetimos el error de incorporar perfiles externos a la
organización con el argumento de que necesitamos a alguien de afuera para
transformar, para hacer cosas nuevas... Y cuando esta persona se incorpora, ya
la están esperando con una lista de indicaciones concretas de lo que debe hacer
y cuándo, porque … no tenemos mucho
tiempo que perder. Es decir, son contratados para dirigir un área, pero
desde el primer día en la organización, se les condiciona diciéndoles lo que
deben hacer, de quién deben prescindir y qué nueva estructura deben
implementar. Es tan triste como común.
Hasta
la próxima entrega.
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