Dirigir o surfear

Como decía el maestro Chías, las empresas son personas y, por lo tanto, comenzaremos por aquí, por las personas que dirigen (o no) las empresas. Y digo "o no" porque aquí comienza la reflexión de hoy.

Dirigir según el diccionario es: "Hacer mover hacia un punto determinado, hacia un objeto o un fin determinado. Dirigir el barco, el avión, etc., hacia el punto de destino. Hacer funcionar siguiendo una línea de conducta; conducir, regir, gobernar". Estaremos de acuerdo en que dirigir implica, por lo tanto, cierta valentía, decisión, acción. Otra cosa es si se hace con más o menos acierto, pero eso es ya otro tema que desarrollaremos más adelante.

Miremos ahora otra definición: surfear: "Deporte acuático que consiste en deslizarse con una tabla de surf sobre la cresta de grandes olas". Aquí hablamos de dejarse llevar por la propia inercia de la ola y la habilidad consiste en mantenerse sobre la ola el máximo tiempo posible (y nadie ha dicho que sea fácil).

Dicho esto, ¿Qué creéis que es más común en los océanos empresariales, los directivos o los surfistas? Yo también lo creo.

Nuestras empresas están llenas de auténticos surfistas profesionales que hacen equilibrios para mantenerse encima de la ola el tiempo suficiente como para parecer lo suficientemente buenos y profesionales. Y ya se sabe que una vez has participado en una competición, el circuito profesional está abierto para ti. Nadie cuestiona la participación de un surfista en una competición cuando antes lo ha hecho en otras, igual de importantes o más, en el calendario. Una vez has surfeado una gran ola, las siguientes se te presentan asequibles. Por lo tanto, la clave es situarse de forma preferente para poder alcanzar la primera ola pues es aquí donde te juegas la clasificación y la calificación como surfista profesional.

Tenemos en las empresas muchos directivos, en traje de neopreno, pasando sus días subidos a la tabla y dejando que la ola le acerque a la deseada playa. La habilidad consiste en mantener el equilibrio y aprovechar la inercia del entorno (mercado).  Si las condiciones te son favorables, conseguirás tu marca.

Es importante hacer aquí una distinción entre la empresa nacional y la internacional o multinacional. Mi experiencia se ha forjado más en entornos de multinacionales, y es en este ecosistema donde creo que "los-directivos-a-quienes-se-les-debe-exigir-más" sobreviven mejor. Las empresas nacionales, y más si son de tamaño pequeño o mediano, no pueden permitirse ciertas mediocridades con sueldos nada mediocres y acostumbran a ser más exigentes y mucho más eficientes.

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